Antecedentes de la Banca comercial en México
Durante la segunda mitad del siglo XIX se presentaron más de treinta proyectos y solicitudes de
concesión para bancos, sobre todo de parte de comerciantes, militares, políticos y extranjeros
acaudalados, que no prosperaron debido a la inestabilidad política e inseguridad jurídica y
económica de aquella época.
El primer banco privado comercial del país fue el Banco de Londres y México, que inició
operaciones el 1 de agosto de 1864 como sucursal del banco inglés The London Bank of Mexico
and South America Ltd durante el Imperio de Maximiliano de Habsburgo, con un capital inicial de
dos y medio millones de pesos, equivalentes a medio millón de libras esterlinas. A esa institución
se le reconoce el mérito de haber introducido a México los billetes de banco, además de realizar
operaciones de compra y cambio de monedas, giros, cobranzas, descuentos mercantiles,
depósitos a plazo fijo y a la vista, créditos a la industria y al comercio, préstamos sobre prenda y
sobre consignación y, en un principio préstamos hipotecarios de los cuales se retiró debido a que
la ley no garantizaba al acreedor.
En esa época Chihuahua fue un estado excepcional al ser el único cuyo Congreso autorizó, entre
1875 y 1883, cuatro bancos: Santa Eulalia, Mexicano, Minero Chihuahuense y Banco de
Chihuahua, todos con la facultad de emitir billetes.
En 1881 el Congreso de la Unión aprobó la creación del Banco Nacional Mexicano, que emitió
billetes de uno a mil pesos.
El Banco Mercantil Mexicano abrió sus puertas el 27 de marzo de 1882. A pesar de no contar con
concesión oficial gozó de la confianza y estimación de la clientela por la solvencia moral y
económica de sus socios fundadores, en su mayoría empresarios comerciantes ampliamente
conocidos. En el Consejo de Administración se encontraban nombres como: Porfirio Díaz, Rafael
Dondé, José María Roa Bárcena, Indalecio Sánchez Gavito, Antonio Escandón y Nicolás de
Teresa.
El Banco Nacional Mexicano y el Mercantil Mexicano fueron competidores acérrimos hasta que con
motivo de la crisis de 1884 y a instancias del gobierno se fusionaron a partes iguales para formar
una nueva institución: el Banco Nacional de México.
En tanto, en el Distrito Federal en 1883 se estableció el Banco de Empleados, formado por
trabajadores públicos con el objeto de hacer préstamos a los empleados y pensionistas del
gobierno federal.
En 1882 se fundó el Banco Internacional e Hipotecario, que por cerca de 20 años fue el único
dedicado a los préstamos sobre bienes raíces.
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